Marijo, Rosa de Misterio, la Reina del Universo, ¡Madre del ser humano! Consagramos a nuestro Señor y al Movimiento Misionero de la Misericordia en todo el mundo ...
Le damos a nuestros hijos, a los jóvenes ya todas las personas que su Hijo nos envía. Te Señora de la Misericordia dedica nuestras vidas, la misión común de rescatar a las almas, realizar actos de misericordia espirituales y físicos.
La Humilde Virgen, Madre de la Misericordia, toma en nuestras manos y corazones nuestra misión y la extiende por todo el mundo. Difundiremos tu devoción. Enseñar a nuestra Madre a aceptar el Evangelio con nuestro corazón y vivirlo con fe, esperanza y amor para estar en toda la gloria para el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Amén!